viernes, 30 de septiembre de 2011

HASTA SIEMPRE, R.E.M.

"Un hombre sabio dijo una vez: "La habilidad de asistir a una fiesta es saber cuándo es el momento de marcharse". Hemos construido algo extraordinario juntos. Hicimos esto. Y ahora nos alejaremos de ello" (Michael Stipe, 21.09.2011).

Hace nueve días, a media tarde del mismo día en que lo hacían público a través de su web, un SMS me comunicaba la disolución de R.E.M. La noticia, independientemente de mi valoración de los R.E.M. actuales, no me dejaba indiferente. Podría decir que los de Athens se habían convertido con el tiempo en uno de mis dos o tres grupos favoritos de siempre. Transcurrida una hora, no había edición alguna de periódico digital del orbe que no se hiciese eco de la noticia. Ahora, comienzo a escribir esto escuchando las canciones que formaban parte de su debut en EP, “Chronic town” (1982).

Sí, confieso que yo descubrí a R.E.M. en 1991, cuando “Losing my religion” los entregó al estrellato planetario. Y que más tarde me hice con el “Automatic for the people” (1992), y que ahí zanjé mi curiosidad por ellos durante los siguientes siete años. No por nada, es sólo que en aquel tiempo mis inquietudes musicales quedaban cubiertas con cuatro o cinco cosas que siempre solían ser, invariablemente, las mismas. En el verano de 1999, una tarde en que escuché “So Central Rain” en un tocadiscos ajeno y mis intereses musicales iban mudando, todo cambió. En apenas un par de días ya tenía en las manos mi CD de “Reckoning” (1984). Pocas semanas después, el “Mumur” (1983). Aquello se me reveló más maravilloso de lo que sus dos primeros discos de los 90’s me habían parecido. El resonar de las guitarras  de Peter Buck herederas de The Byrds, sus melodías, el gusto por las armonías vocales de Mike Mills y, sobre todo, la voz de Michael Stipe. Una voz que parecía abarcar todo el espectro de emociones posibles. Me encantaba, pocas voces masculinas me han conmovido tanto. En escena, un frontman verdaderamente magnético. Adquiría cada CD de su etapa “I.R.S” y hasta el “Green” (1988) de su estreno con Warner, y los desprecintaba con fruición. Y me parecía que todo seguía, fantásticamente, en su sitio. El cambio de paso llega con el enérgico “Monster” (1994). Un disco que partía, de entrada, con la pesada carga de suceder al unánimemente aclamado “Automatic for the people”. No sólo no supera el envite. Resulta un disco decepcionante. “New adventures in Hi-Fi” (1996) será el siguiente trabajo, y el último con su batería Bill Berry, que abandonará la nave tras sufrir en marzo de 1995 un aneurisma cerebral en mitad de un concierto en Laussane (Suiza). Nunca sabremos, realmente, cuán importante sería la ausencia de Berry en el devenir de la banda. Tras la entrega de este álbum, la banda firma un contrato para entregar otros cinco a cambio de los cuales WEA les reportará 80 millones de dólares (diez mil millones de pesetas del momento). Millonarios y ya convertidos, sobre todo Stipe, en unas auténticas celebrities. De aquí al final, “Collapse into now” (2011), altos (los menos) y bajos (los más). Unos programadores de ritmos por aquí (“Up” (1998), unos ecos a Beach Boys por allí (“Reveal” (2001), un tocar fondo por allá (“Around the sun” (2004), un disco guitarrero por acullá (“Accelerate” (2008). Las musas parecen disiparse y la obra de R.E.M. encalla, con discos adecentados con dos o tres grandes canciones entre temas irregulares y fallidos, tan solo embellecidos, en ocasiones, por la voz de Stipe, capaz de elevar a aprobado lo regular. Algunos como “Accelerate” todavía abrazados por la crítica, dignos, pero sin ese intangible: la emoción. Difícil ser ya como aquellos veinteañeros instalados en la marginalidad de Athens. No me importa admitir que, desde su edición el pasado marzo, ni siquiera he escuchado su último trabajo.

R.E.M. antes de la era del murmullo
Mike Mills: "Durante nuestra última gira, y mientras hacíamos "Collapse into now" y elaborábamos juntos esta retrospectiva de grandes éxitos comenzamos a preguntarnos, "¿y ahora qué?". Haber trabajo en nuestra música y los recuerdos de más de tres décadas fue un viaje tremendo. Nos dimos cuenta de que estas canciones parecen dibujar una línea natural en los últimos 31 años de nuestro trabajo conjunto. Siempre hemos sido una banda en el verdadero sentido de la palabra, hermanos que verdaderamente se quieren y se respetan unos a otros. Nos sentimos como pioneros en esto. No hay carencia de armonía aquí... Hemos tomado esta decisión en conjunto, de manera amistosa y teniendo en cuenta el interés de cada uno". Exactamente, "¿y ahora qué?". Nada apuntaba en la banda a una lucha de egos, disputas, asunción de impotencia creativa. Es sólo que, quizás, era imposible superar el pasado.

Dicho esto, hubo un tiempo en que R.E.M. fueron la mejor banda de rock del mundo, capaces de transitar de lo alternativo al mainstream sin perder el favor de la crítica. Y yo confieso llevar guardadas en mi mochila vital un buen puñado de canciones suyas que me llevaré a la tumba. Me veo años atrás paseando en noches solitarias por mi ciudad con “Talk about the passion” en mis oídos, y todavía me emociono.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

NICK DRAKE EN LA PLAYA


Nick & Gus, Hampstead Heath, Londres, Diciembre 1971
 
"Nick hacía visitas habituales a la costa sur de Inglaterra, a la casa de John y Beverly Martyn en Hastings... Beverly Martyn contó que en una ocasión un vecino llamó y dijo: "Oh, Nick Drake está en la playa, ¿bajo a recogerlo?". Había estado "mirando al horizonte, con su traje oscuro, rodeado por un montón de gente en traje de baño".

"Más oscuro que el más profundo mar. En busca de Nick Drake", de Trevor Dann (Metropolitan Ediciones, 2008)

sábado, 10 de septiembre de 2011

...CUALQUIERA DE ESAS VACACIONES DE VERANO



“¿Recuerdas cuando eras un niño, y esperabas todo el año a que llegasen las vacaciones de verano, y cuando llegaban, se pasaban volando?. Es gracioso, Jimmy, la vida suele pasar más rápido que cualquiera de esas vacaciones de verano”.

 ("Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto")