miércoles, 29 de febrero de 2012

SONG-OF-MONTH-FEBRUARY


Artist: MASON PROFFIT
Song: YOU FINALLY FOUND YOUR LOVE
Written by: TERRY TALBOT, JOHN TALBOT
Album: WANTED! MASON PROFFIT
Release Date: 1969

martes, 28 de febrero de 2012

UNA HISTORIA VERDADERA


- "¿Qué es lo peor de ser viejo, Alvin?".
- "Lo peor de ser viejo es cuando recuerdas tu juventud".

Trece años he tardado en ver por vez primera “Una Historia Verdadera” (“The Straight Story”), de David Lynch. Recuerdo haberlo planeado en el momento de su estreno, también poco después, incluso más tarde, pero nunca llegué a hacerlo. Sabía cuál era la sinopsis de la misma, también que no era una de las típicas “difíciles” películas de Lynch, y, sobre todo, que toda la crítica parecía haberse puesto de acuerdo en que estábamos ante una road movie con maneras de obra maestra. Este fin de semana llegó el momento de saldar esa deuda.
Y tenían razón, estamos ante una obra maestra. “Una Historia Verdadera” es eso, una historia verdadera. Un hecho real ocurrido en 1994 y protagonizado por un hombre de 73 años, Alvin Straight, que viajó desde Laurens (Iowa) hasta Mount Zion (Wisconsin) a través de 500 kilómetros y durante 6 semanas montado en su cortacésped “John Deere”.

Alvin decide iniciar este viaje después de recibir la noticia de que su hermano Lyle, con el que no se habla desde hace diez años, ha sufrido un infarto. Los últimos achaques de salud de Alvin le descubren ante el ocaso de su vida, y decide que es el momento de desatar las ligaduras del orgullo y el rencor para volver a ver a Lyle. Acuciado por su menguada visión y la falta de un carnet de conducir, decide que la mejor manera de realizar ese viaje es a bordo de una cortacésped. Y quiere, necesita, hacerlo solo. A partir de ahí se inicia una historia tan simple como visualmente perfecta, sustentada tan sólo en un inmenso Richard Farnsworth en el papel de Alvin Straight (eje total y absoluto del film), su viaje, y la gente y conversaciones que surgen en el mismo. E iniciamos un viaje con él y participamos de sus reflexiones. Nos  empapamos de su serenidad, de su talante ante los pequeños contratiempos, de su obstinación, de su gratitud, de las rosas y espinas de su pasado, de los ojos de Farnsworth… Sí, de los ojos de Farnsworth y su deleite por la contemplación. Del disfrute visual de las pequeñas cosas de la vida. De un cielo estrellado, de una tormenta con rayos, de un campo de maíz, de una cerveza “Miller’s” bien fría.

Todo ello resulta indisoluble de una melancólica banda sonora ofrecida por Angelo Badalamenti (habitual de Lynch), que se agarra al paisaje y a la historia tanto como la  guitarra de Ry Cooder se ajustaba como un guante a otra road movie, el “Paris, Texas” de Wenders. La fantástica fotografía de Freddie Francis acentúa a través de precisos planos aéreos, el titánico empeño de Straight atravesando la inmensidad de la América profunda sobre un arañazo de asfalto, persiguiendo, tenaz, su sueño. Mención también para Sissy Spacek en su papel de Rose, la hija tartamuda que vive con Alvin, a la que un hecho del pasado ha despojado  de sus hijos. Su papel no es especialmente relevante en la historia, pero en la piel de Spacek su ternura conmueve tanto como la del mismo Fransworth. La película transcurre al mismo ritmo que el vehículo y las reflexiones de Alvin. Lenta, calmada, pausada. Habrá a quien eso le resulte un inconveniente. No es mi caso.
Finalmente Alvin llega a su destino, y Lynch sintetiza el encuentro en tres simples minutos para, desde una economía de diálogos y a través de los ojos de Farnsworth y Harry Dean Stanton, ofrecernos, dentro ya de una obra magnífica, tres de los más bellos minutos que haya dado la historia del cine. Inolvidable. Lírica. Un regalo para el alma.  No más. No menos. Para  gozarla, al menos, una vez cada año. Gracias, Lynch.

 "Laurens Walking" - Angelo Badalamenti (1999)

sábado, 25 de febrero de 2012

NO TODO ES COMO PARECE EN LA MAÑANA



"Walk On Down The Road" - Mason Proffit (1969)

PORTRAITS. MICHAEL STIPE


Michael Stipe, por David Belisle

"INTO THE MYSTIC" - VAN MORRISON (1970)

Van & Janet: Días astrales en Woodstock

“Es la mejor voz blanca de todos los tiempos, sus recursos son inagotables y la vibración que transmite certifica la privilegiada garganta que posee” (“Los 100 mejores discos del rock”, Juan Vitoria). Superado el período Them, y ocho meses después de la aparición de la inclasificable joya de la corona que supuso “Astral Weeks” en el panorama musical del momento, Van the Man  certifica su magisterio con el “Moondance”. A la misma altura que su predecesor, pero mostrándonos un lado más vital y optimista, menos denso; la preponderancia de los oscuros arreglos de cuerda astrales transmutan en unas enérgicas secciones de viento. En una primera mitad de álbum colosal se encuadra “Into The Mystic”. Una tela de araña tejida a partes iguales por unas envolventes guitarras acústicas, unos potentes saxos y una magnífica sección rítmica al servicio de una voz como de otro mundo. Una cautivadora pasión hecha canción. La quintaesencia del amor escapista (“...Quiero acunar tu alma gitana/ como se hacía en los días de antaño/ y luego flotaremos majestuosamente hacia la mística...”).

John Riley (2001)

"EIGHT MILES HIGH" - THE BYRDS (1966)

The Byrds: La quinta dimensión

The Byrds fue la mayor concentración de creatividad y egos de la historia de la música rock. A lo largo de sus nueve años de existencia y a través de doce elepés oficiales, sus innumerables tensiones internas y cambios de formación propiciaron tal suma de conexiones neuronales alrededor de una misma formación, que acaso lo convertirían en el mejor grupo americano de todos los tiempos. Sus sonidos invadieron los cuasi-vírgenes campos del folk-rock, el pop barroco, la psicodelia, el country-rock...; todo ellos tamizado en sus comienzos por la influencia folk de Dylan y una cierta retroalimentación con The Beatles. Lideraron el movimiento de la costa oeste de California de finales de los 60 y podían hacerlo casi todo, y de hecho lo hicieron.
Esta canción, grabada el 25 de enero del 66 para su tercer LP, "Fifth Dimension", es considerada uno de los más grandes singles realizados en la historia del rock. "Eight Miles High" y todo el sonido Byrds no hubiesen existido como tales sin la presencia de la mágica Rickenbacker de doce cuerdas de Roger McGuinn.
La amalgama de sonidos creados por la guitarra de McGuinn, imitando en algunos pasajes el sonido de un saxofón y el de un sitar; la fantástica línea de bajo de Chris Hillman, las perfectas armonías vocales..., todo redunda en un envolvente y psicodélico crescendo sonoro que parece aventurarnos hacia la "quinta dimensión".
La ambigüedad de la letra llevó a ciertos sectores críticos a pensar que estaban ante una alegoría sobre drogas, aunque ellos aseguraban relatar otro tipo de viaje, una simple experiencia vivida en un vuelo de avión hacia Londres (algo similar a la archiconocida identificación del LSD y el "Lucy In The Sky With Diamonds" de The Beatles). El caso es que, fuese o no una canción "about drugs", era seguro una canción "on drugs". Y es que el ácido y otras sustancias siempre irán ligadas a la realización de álbumes como el "Forever Changes" de Love, el "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" de The Beatles, o el "Fifth Dimension" de The Byrds que incluía este "Eight Miles High", o lo que es lo mismo, ligadas a un breve período de la historia musical (segunda mitad de los 60), que incluye la gran mayoría de los mejores discos del rock.

John Riley (2001)

sábado, 18 de febrero de 2012

PORTRAITS. SHARON TATE


Sharon Tate, Bel Air (CA), 1969, por Peter Brüchmann

NICK DRAKE ENTREGA "PINK MOON"


… Lo que sucedió después suele malinterpretarse en las biografías de Nick Drake. Se cuenta que Nick se pasó por las oficinas de "Island" en "Basin Street", dejó las cintas de "Pink Moon" en recepción  y se escabulló sin que nadie lo reconociera. Es verdad que fue a "Island" con una mezcla en estéreo de cuatro pulgadas  del disco, pero cuando llegó preguntó si podía ver a Chris Blackwell. “Recibí una llamada de recepción. Había un tal Nick Drake que quería verme”, recuerda  Blackwell, “así que bajé por las escaleras. Se mostró muy poco comunicativo, muy introvertido. ‘Hola, Nick, ¿qué tal estás?’ ‘Oh, bien, aquí está mi nuevo disco’ Le pregunté que cuánto había costado y me contestó que unas quinientas libras, así que le di el dinero en ese mismo momento.  Se hacía difícil obligar a alguien a ir de gira cuando el disco sólo había costado quinientas libras”.

"Más oscuro que el más profundo mar. En busca de Nick Drake", de Trevor Dann (Metropolitan Ediciones, 2008)

domingo, 12 de febrero de 2012

"I ENVY THE WIND" - LUCINDA WILLIAMS (2001)


Siento envidia del viento
que susurra en tus oídos,
el viento que aúlla en el invierno
y hiela tus dedos,
el viento que se hunde en tu pelo,
y cuartea tus labios,
y te enfría hasta los huesos…
Siento envidia del viento.

Siento envidia de la lluvia
que cae sobre tu rostro
y moja tus pestañas.
De la lluvia que humedece tus labios
y acaricia tu lengua,
la lluvia que empapa tu camisa
y te baja por la espalda…
Siento envidia de la lluvia.

Siento envidia del sol
que baña de luz tu verano,
del sol que caldea tu cuerpo,
te tiene en su calor
y alarga tus días,
el sol que te pone caliente
y te hace sudar…
Siento envidia del sol
Siento envidia del viento,
siento envidia de la lluvia,
siento envidia del sol,
siento envidia del viento.

EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO


"...Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura".

Holden Caulfield. "The catcher in the rye", de J.D. Salinger, 1951.

sábado, 11 de febrero de 2012

MÁSCARA


En la vida esto es lo bueno:
dulces y helados,
dar paseos en moto,
de los árboles los monos saltando,
la lluvia salpicando,
y el sol dando en mi rostro.
Esto es en cambio lo malo:
mi pelo despeinado,
un agujero en el zapato,
el bolsillo sin un pavo,
y el sol mi rostro cegando.


"Roll Me Away" - Bob Seger (1982)

DAVID SOBRE JONI


DAVID CROSBY: Entré en un café y ella estaba cantando. Me dejó boquiabierto. Me golpeó contra la pared, me quedé allí, paralizado, no podía creer que existiera alguien tan bueno.
Era un poco sobrecogedor ser un cantautor en su presencia porque ella era muy buena. Lo hace de una forma en la que nadie más puede. Su sonido no se parece al de nadie más. La oyes tocar y dices: "Oh, esa es Joni". La llevé por ahí a conocer gente que yo sabía que adoraba su música, a la que le gustaban los cantautores. Y dije: "Escuchad esto". Les liaba un porro, les colocaba, se sentaban, y le pedía a Joni que tocara. Se corrió la voz por todas  partes.
Yo produje su primer disco, pero no hice un trabajo muy bueno. Lo único que hice bien fue mantenerlo limpio de casi todo. Que sólo fuera Joni y las canciones.
Creo que entendía la naturaleza humana mejor que la mayoría de la gente. Ella ya había pasado por cosas  bastante duras. Los seres humanos adquieren sabiduría cuando pagan lo que deben. Es un poco como que llegas aquí como una roca y te vas dando golpes en los bordes hasta que quedas suave como una piedra de río. Ella estaba empezando a suavizarse.

DEMASIADAS NOCHES DEMASIADO LARGAS


¿Por qué pienso
“Este tipo está como una chota”...
...Sé por qué
Porque no oculta
La desesperada distancia que lo separa de la gente

domingo, 5 de febrero de 2012

GRAHAM NASH CUMPLE 70

Nos recordaba este sábado Manolo Fernández desde “Toma Uno” que el inglés Graham Nash, el menos talentoso de "Crosby, Stills, Nash & Young", cumplía esta semana ya 70 años.  El 11 de septiembre de 1970, él y David Crosby grababan una actuación de cerca de media hora para la BBC, incluyendo en ella “Guinnevere”, de Crosby. Un tema que se encuentra, desde hace muchos  años, en un lugar privilegiado de mi altar de canciones, y que "Crosby, Stills & Nash" registraban en su disco de debut de 1969. David Crosby declaraba hace años para la revista “Rolling Stone”: Esta es una canción poco usual, ya que la afinación de la guitarra no es habitual, así como la medida del tema. Es acerca de tres mujeres que amé. Una de ellas fue Christine Hinton, la chica que murió cuando éramos novios, otra es Joni Mitchell, y la otra es alguien de quien no puedo hablar. Es probablemente mi mejor canción".


Guinnevere had green eyes
Like yours, mi'lady like yours
When she'd walk down through the garden
In the morning after it rained

Peacocks wandered aimlessly
Underneath an orange tree
Why can't she see me?

Guinnevere drew pentagrams
Like yours, mi'lady like yours
Late at night when she thought
That no one was watching at all
She shall be free

As she turns her gaze, down the slope
To the harbor where I lay
Anchored for a day

Guinnevere had golden hair
Like yours, mi'lady like yours
Streaming out when we'd ride
Through the warm wind down by the bay
Yesterday

Seagulls circle endlessly
I sing in silent harmony
We shall be free

viernes, 3 de febrero de 2012

EL NIÑO QUE NO SABÍA JUGAR


Había un niño que no sabía jugar. La madre le miraba desde la ventana ir y venir por los caminillos de tierra, con  las manos quietas, como caídas a los dos lados del cuerpo. Al niño, los juguetes de colores chillones, con sus ruedecillas, no le gustaban. Los miraba, los tocaba, y luego se iba al jardín, a la tierra sin techo, con sus manitas, pálidas y no muy limpias, pendientes junto al  cuerpo como dos extrañas campanillas mudas. La  madre  miraba inquieta al niño, que iba y venía con una sombra entre los ojos. "Si al niño le gustara jugar yo no tendría frío mirándole ir y venir". Pero el padre decía, con  alegría: "No sabe jugar, no es un niño corriente. Es un niño que piensa".
Un día la madre se abrigó y siguió al niño, bajo la lluvia, escondiéndose entre los árboles. Cuando el niño llegó al borde del estanque, se agachó, buscó grillitos, gusanos, crías de rana y lombrices. Iba metiéndolos en una caja. Luego, se sentó en el suelo, y uno a uno los sacaba. Con sus uñitas sucias, casi negras, hacía un leve ruidito, ¡crac!, y les segaba la cabeza.

"Los niños tontos", de Ana María Matute, 1956.